Se plantea en el club de lectura sobre DELIBES la actividad de intentar resumir con dos adjetivos la esencia del autor. Ante los calificativos propuestos por los lectores, esta es la respuesta de su nieto sobre la figura del escritor:
He de reconocer que me agrada mucho escuchar cosas tan bonitas sobre mi abuelo. Supongo que es lo que tiene cuando se forma un club de lectura en torno a su figura. A pesar de ello he de decir que es muy habitual ver el nombre de Delibes acompañado de términos como pesimista, serio, melancólico, triste o huraño entre otros. No seré yo el que contradiga a las personas que lo aseveran, pues de cara al exterior y en la trama de algunas de sus novelas resulta evidente. De todas formas, el Abuelo, de puertas para adentro era un tipo ingenioso, divertido y cercano. Pero si hay un calificativo que le define es el de FAMILIAR, creo que Sara lo había incluido en los suyos. Ese estrecho vínculo con los suyos estaba por encima de cualquier cosa. Para recibir cualquier tipo de premio, homenaje o para superar cualquier tipo de adversidad necesitaba el apoyo y cercanía de sus hijos y nietos. El segundo adjetivo sería BUENO, sin más, Delibes era un hombre bueno, un adjetivo que incluye muchos de los aquí expuestos como comprometido, humano, cercano, íntegro, honesto, sencillo, tierno, auténtico, etc. Una forma de ser que le llevó a obtener en el año 2006 el Premio Vocento a los Valores Humanos que, sin duda, le hizo tanta ilusión como los galardones exclusivamente literarios.
germán delibes
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