En la biblioteca también hay espacio para el juego, y hoy el protagonista ha sido el naipe español. El alumnado se ha reunido alrededor de la mesa para descubrir cómo se juega a las cartas, compartiendo risas y estrategias mientras aprenden nuevas reglas.
Entre cartas, fichas y cajas organizadoras, la actividad se convierte en una oportunidad para desarrollar la atención, el cálculo mental y la toma de decisiones, todo ello en un ambiente relajado y cooperativo.
Jugar a las cartas no es solo entretenimiento: es cultura, tradición y aprendizaje. Además, fomenta la socialización y el respeto por las normas, valores que también forman parte de la educación.
¡Así la biblioteca se transforma en un lugar donde leer, aprender y divertirse van de la mano!

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